Los niños son pieza clave en esta sociedad. No en vano son los ciudadanos
del futuro. Para ellos la tecnología no es algo nuevo que les llega después de
haber aprendido las cosas de otra manera. Ellos la llevan incorporada desde que
nacen. Aprenden a manejar el DVD antes que sus padres, han cambiado los álbumes
de cromos, por las videoconsolas y los botones representan para ellos algo
similar a lo que un lápiz representaba para nosotros.
Esto, unido a que no tienen miedo a aprender, a hacerlo mal, al fracaso,
hace que utilicen las tecnologías con mayor habilidad que los adultos y que
para ellos no sean un misterio sino lo cotidiano.
Hoy en día es más fácil encontrar un niño que no haya visto nunca una
gallina, que uno que no haya visto un ordenador.
Hasta ahora el manejo de las tecnologías en los centros educativos ha
estado limitado por cuestiones de equipamiento, formación del profesorado e
insuficiencia de software educativo. A todas estas trabas hay que añadirle una
para los niños con discapacidad y es la falta de accesibilidad de los
programas.
Hoy ya no podemos cerrar los ojos ante esta situación. No podemos seguir
planteándonos si las tecnologías son útiles para los niños ciegos. Simplemente
están presentes y no queda otro remedio que hacérselas accesibles, para poder
respetar los principios de igualdad e integración reflejados en la legislación.
Podemos concluir de esta
manera siendo esto así, no vamos a basarnos sólo en la ley para pensar en la
accesibilidad. Sigamos pensando en el sujeto en la importancia que se debe dar
a los niños discapacitados, ya que estos tienen una gran labilidad y hay que
aprovecharla al máximo.
Mora Acevedo Kelly Evelyn .