sábado, 24 de marzo de 2012

Desarrollo general


El crecimiento y desarrollo de los niños con discapacidad visual es parecido al de los niños que ven, pasan por los mismos estadios, aunque con un ritmo de progresión diferente. La discapacidad impone algunas diferencias que pueden afectar al desarrollo cognitivo y emocional:


  • El niño que ve relaciona la visión con los movimientos de sus manos, por lo que aprende muy pronto a sujetar los objetos o encontrarlos cuando se le caen. El niño que no ve sólo puede explorar con sus manos los objetos que le pongamos a su alcance. Además, el sonido no sustituye en este caso a la visión, por lo que tardará más tiempo en relacionar un objeto con su sonido.



El niño invidente sólo puede explorar los objetos que pongamos a su alcance por lo que es fundamental estimularle y ofrecerle experiencias táctiles diversas. Fuente: Banco de imágenes de la ONCE

  • El entorno que rodea al niño con discapacidad visual resulta inaccesible, e incluso, inseguro. Por tanto, va a tener menos motivación para moverse y un menor número y variedad de experiencias para aprender. Por eso, no suele gatear y tendrá un tono muscular más bajo (hipotonía) por lo que, seguramente, empezará a caminar más tarde que los niños que ven.
  • Pueden aparecer posturas inadecuadas por varias razones: para protegerse, por falta de información de cuál es la postura adecuada, o porque no sabe exactamente en qué posición se encuentra en cada momento por falta de feedback visual.
  • En el lenguaje puede aparecer cierto retraso, pero lo más característico es el verbalismo.
  • La permanencia del objeto y el juego simbólico aparecen más tarde. 



La aparición del juego simbólico en los niños y niñas invidentes es más tardía.Fuente: Banco de imágenes de la ONCE. 
      Para finalizar, la discapacidad visual tiene diversos efectos en la evolución y desarrollo de los niños, en su equilibrio y bienestar. La relación entre discapacidad visual y maduración es significativa para muchos autores, ya que influye en la relación y comunicación del niño con su entorno, porque limita su participación y el acceso a la información, y por tanto, el desarrollo del lenguaje, la aparición del juego simbólico y en otras variables del desarrollo evolutivo.

      En cualquier caso, «Despertar en él la curiosidad y el deseo de aprender es más importante que la cantidad de cosas que aprenda».

Autora: Nakary Navarro

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