lunes, 26 de marzo de 2012

Como evaluar a un niño(a) invidente

Los servicios de intervención temprana se proporcionan basándose en las necesidades de desarrollo del niño, en las inquietudes y prioridades de la familia, y en los existentes recursos disponibles para la familia. Los servicios se pro­porcionan dentro del contexto de las actividades diarias y de la rutina del niño y de la familia. Los servicios de intervención temprana pueden:

• Mejorar el beneficio educativo y de desarrollo
• Reducir los costos futuros por la necesidad de edu­cación especial, rehabilitación y cuidado de la salud
• Reducir sentimientos de aislamiento, estrés y frus­tración que las familias pudieran experimentar
• Ayudar a que los niños con discapacidades lleguen a ser individuos productivos e independientes
• Fortalecer la capacidad de las familias para proteger y cuidar a sus hijos con necesidades especiales



La evaluación incluye las siguientes áreas de desar­rollo y debería identificar tanto retrasos como punto fuertes y capacidades:

·         Comportamiento Adaptivo: cómo cuidan los niños de sí mismos, incluyendo usar el inodoro, alimentarse y vestirse.
·          Comunicación: cómo entienden, hablan y usan el lenguaje los niños.
·         Comportamiento Cognitivo: cómo piensan y resuelven problemas los niños.
·         Motricidad fina y gruesa: cómo usan los niños los músculos, su coordinación ojo-mano y otras tareas motrices grandes y pequeñas como caminar, correr, brincar y escribir.
·          Comportamiento Socio-emocional: cómo se compor­tan los niños con adultos y compañeros, cómo se perc­iben a sí mismos, cómo comunican sus necesidades.
·          El historial médico del niño también se considera, por lo que podrían recomendarse exámenes de la vista y el oído dependiendo de las necesidades del niño.

En conclusión el proceso de evaluación en sí puede ayudar a contestar algunas preguntas sobre el desarrollo del niño y cómo trabajar con él o ella. La evaluación debería ser un esfuerzo continuo y de colaboración entre profesionales y padres para entender las señales de aviso.




Autor: Juan D. Bedoya C

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